6

Batalla entre Ángeles

Lo que antes había sido un pequeño calabozo absolutamente oscuro, ahora se había convertido en el espectaculo más impresionante de luces que alguien hubiese podido ver en toda su vida.
Zach ya no estaba en aquella posición tranquila y con aires de superioridad en la que se encontraba luego de haberse mostrado tal y como era frente a Annie. Ahora la expresión de su rostro mostraba cierta inseguridad y miedo, algo que hasta ese momento, ella no había notado.

Aún así, Zach al darse cuenta de lo ridículo y atemorizado que se veía, intentó controlarse y le dirijió algunas palabras a Annie.

-No creas que por que ahora recuperaste tus poderes se te hará más fácil la tarea jaja. Tú no sabes de lo que yo soy capaz, de hecho lo poco que haz visto de mí no es ni un 5% de mis habilidades. No me subestimes.-
-A mí me importa bien poco las cosas que puedes hacer. Si tengo que sacrificar mi vida para matarte, pues eso haré.- Contestó Annie desafiante
-Entonces que empieze la...

Las últimas palabras de Zach fueron interrumpidas por una brillante bola de fuego que iba dirijida hacia él. Como un acto reflejo, Zach la esquivó sin ningún problema. Ya había visto muchas veces esa técnica con ella y sabía como debía defenderse. Sin embargo aquella bola de fuego era solo un mínimo porcentaje de lo que Annie podía hacer.

Fue entonces, cuando comenzó la verdadera batalla.
Annie comenzó a lanzar infinitivas bolas de fuego por todo el pequeño calabozo,destrozandolo por completo. Utilizó sus hermosas alas ya desplegadas para salir de ahí y pelear en algún lugar con más espacio. Cuando estuvo ya en el aire miró hacia todos los lados y vió el escenario en el que se encontraba. El lugar al que Zach la había traído era espeluznante, estaba rodeada de árboles viejos y oscuridad por todas partes. Sin lugar a dudas era un bosque muy antiguo y por más que volaba hacia arriba, no lograba encontrar las copas de los arboles o la luz de aquella hermosa luna que siempre le había gustado contemplar en las noches.

En ese instante y sin darse cuenta, Zach la tomó por los hombros y bajo volando con ella hasta azotarla contra el duro tronco de uno de los árboles. Annie lanzó un grito de dolor pero pudo mantenerse de pie. No dejaría que aquellos simples golpes acabaran con ella, no ahora que debía vengar a sus padres, ahora que su vida había tomado algo de sentido, ahora que sabía absolutamente toda la verdad.
Annie tomó fuerzas e instintivamente juntó sus manos como si fuera a rezar. Realmente no sabía que estaba haciendo pero algo en su subconciente le decía que eso la podía ayudar. Enseguida, una gran energía destellante comenzó a salir entre medio de sus manos y ella las fue separando suavemente. Una vez separadas sus manos apareció entre ellas una enorme espada con franjas de oro y de un filo que se veía inmensamente poderoso. Annie algo sorprendida pero sin vacilar tomó la espada en el aire y antes de que Zach hubiese podido pestañar, ella flectó sus rodillas y dio un enorme salto que la hizo caer frente a él.
Zach nervioso dio un paso atrás, pero enseguida se reincorporó y la fulminó con la mirada. Sus cautivadores ojos rojos se veían aún más llenos de maldad que antes.

-Já.. apuesto que ni sabes como ocupar tu juguetito- se rió Zach burlandose de la espada que Annie llevaba entre sus manos

Annie sin siquiera contestar al comentario de su enemigo corrió hacia él y corto su hombro con tal facilidad que hasta ella quedó impresionada por lo que había hecho. Sin embargo, para Zach eso no habían sido ni cosquillas y enseguida le lanzó dos sombras que se fueron a poner bajo sus piernas y la dejaron inmovilizada.
Annie comenzó a forcejear para zafarse pero lo único que consiguió fue que las sombras se aferraran aún más a sus piernas y le causaran profundas heridas alrededor de sus tobillos.
Zach voló hacia ella a un velocidad indescriptible y le pegó un fuerte rodillazo en el estómago que hizo que Annie cayera al suelo y escupiera sangre de la boca.
Estaba siendo brutalmente masacrada por su oponente.
-No te esfuerzes tanto Anabelle, nunca haz podido vencerme y esta no va a ser la excepción-
-Maldito.. ojalá te pudras.. en el infierno- contestó débilmente Annie
-Já.. la única que se pudrirá en el infierno eres tú. Por si no lo sabías, no puedes pasarte la vida vagando como ángel reencarnado en la tierra. Si no me destruyes, no puedes volver al cielo y por lo tanto las sombras vendran a buscarte para llevarte al infierno. Ves? Lo único que estoy haciendo, es ayudarte.. Jajajaja-
Annie se estremeció al escuchar sus palabras, si no lo mataba ¿ella moriría de todas formas a manos del demonio?

- Y qué hay de ti, supongo que tampoco puedes estar vagando entre la tierra y el infierno por el resto de la eternidad ¿o si?- dijo Annie esperando escuchar alguna respuesta alentadora.
-Pues nuevamente te equivocas mi querida Annie, a diferencia tuya yo no puedo volver al cielo y bueno.. tampoco es que me interese volver, la vida allá es un asco jaja. Además yo ya soy parte del infierno, no te das cuenta? las sombras están conmigo.-

Cuando hubo terminado de decir aquellas palabras, Zach materializó en sus manos una alabarda y se lanzó sobre Annie para herirla, sin embargo ella se defendió con su espada y luego se la enterró en una de sus piernas. Zach dio un grito ahogado y se hechó para atrás.

En ese momento Annie supo que necesitaba salir de ahí. Aunque había recuperado sus poderes, no estaba en condiciones de seguir peleando con él. Se notaba demasiado que el tenía mucha más experiencia en batallas que ella y si se quedaba un segundo más en aquel lugar podría no salir viva de allí. Además aún estaba inmovilizada por las sombras y no sabía como deshacerse de ellas.
Comenzó a batir sus alas para ver si de esa forma lograba despergarse del suelo pero era imposible, aquellas sombras no cedían. Fue entonces que se le ocurrió una idea. Comenzó a juntar energía, generando dos bolas de fuego en cada una de sus manos.

-Pff Anabelle, de nuevo con la estupidez de las bolas de fuego. Sabes que no me afectan y siempre las esquivo.-
-No son para ti imbécil-

Y en cuanto Annie pronunció aquella ultima palabra lanzó las bolas de fuego a cada una de sus piernas, hiriendolas, pero a la vez liberandose de las sombras. Aun así con la piernas sangrando, dio su ultimo esfuerzo y con un ligero salto tuvo el impulso para salir de allí volando.


3

Transformaciones

Hola!! =)
Primero qe nada, pedir mil disculpas por haber demorado tanto con el capitulo u.u La verdad, esqe no había estado muy inspirada en escribir ultimamente y además comenzaron las clases en mi ultimo año de colegio, asi qe he estado super ocupadita =/
Pero bueno, aqi ya está el tan ansiado capitulo jeje. Espero qe les guste y me den sus comentarios, qe son muy importantes para mi ^^
Agradezco de antemano su constante apoyo :)
Cuidense, un Beso!!


Annie lentamente fue recuperando la conciencia y se fue levantando débilmente de la superficie fría y rocosa en la que se encontraba. Un dolor punzante en la parte trasera de su cabeza hizo que intentara llevarse las manos a la enorme herida que cubría su nuca, pero no pudo hacerlo. Tenía las manos completamente atadas con un cordón que parecía fácil de romper, sin embargo aquella idea fue rechazada por Annie cuando intentó tirar de él para liberar sus manos y se lastimó sus frágiles muñecas.
Se encontraba encerrada en una especie de calabozo pequeño que con suerte tendría tres metros cuadrados de espacio y una diminuta ventana en la parte de arriba de la pared. Todo estaba sucio y repleto de insectos qe caminaban por las agrietadas murallas. El lugar hubiese estado en completa oscuridad si no hubiese sido por las pequeñas franjas de luz que se escabullian a través de la ventanita.

-Por fin te dignaste a abrir los ojos-

Las palabras provinieron de la persona que hasta antes de esa noche había sido su "novio" y que repentinamente se había convertido en su peor enemigo.

-Estúpido Zach, ¿donde rayos me has traído?- contestó Annie
-A un lugar en el que no molestarás. Así me dejas en paz, y puedo hacer lo que se me antoje. Y lo mejor de todo es que ahora ya no tienes poderes, asi que te morirás aquí, pudriendote como la maldita humana que eres-
-Eres un bastardo!! ¿Por qué no me mataste y ya?-
-Porque es más cruel y divertido verte morir lentamente já!-

-Engendro del demonio! ahh!!- gritó Annie presa de la rabia que sentía al recordar todo el tiempo que estuvo con Zach sin darse cuenta de que era el maldito Angel Oscuro que le había convertido su vida en un infierno.


-Muestrate como realmente eres!! De qué te sirve seguir aparentando ser algo que nunca fuiste-
-Pff, bueno, si eso es lo que quieres jaja - dijo Zach de una forma tan egocéntrica que si Annie hubiese estado liberada de sus muñecas le hubiese dado un puñetazo en su "cara bonita" que lo hubiese dejado desfigurado para el resto de sus días.


De pronto millones de sombras comenzaron a brotar del suelo en busca de su dueño y corrieron hacia el cuerpo de Zach, cubriendolo de pies a cabeza como una enorme capa negra. El ambiente de lugar se oscureció en su totalidad y ni siquiera aquellos pequeños rayos de luz que entraban por la ventanita pudieron iluminar el calabozo. Annie cerró los ojos por unos breves segundos de tiempo y cuando los volvió a abrir pudo observar la maldad encarnada.
Un malvado Ángel Oscuro la miraba con sus ojos rojo intenso llenos de ira y flotando en el aire como si estuviese sentado en una silla. Tenia su rostro apoyado en la palma de una de sus manos y su cara era tan linda como se había mostrado anteriormente. La diferencia era que ahora tenía el pelo negro, algo desordenado y de su espalda brotaban dos gigantescas alas negras que caían hacia abajo de forma intimidante.

Aquella imagen hizo qe Annie se estremeciera.

- ¿Y qué te parece? ¿No vas a decir nada?- dijo Zach
- ¿Qué quieres que te diga? Eres la cosa mas horrible que he visto en mi vida!- contestó Annie con desprecio.

-Já! Igual me besaste miles de veces antes-
-Pf!- Annie escupió -No te imaginas cuanto me arrepiento-
-Pues, la verdad tienes muchas cosas de las cuales arrepentirte-
-¿De qué hablas?- dijo Annie
-¿O es que no te arrepientes de haber destruido a tu propia familia?-
-Puto!!! Tu tienes la culpa de eso!!!!!!!- gritó Annie con rabia y algunas lágrimas en sus ojos
-Jajajaja! No me heches la culpa de las idioteces que tu haces!-

Aquellas palabras la habían herido. Sin poder evitarlo Annie sintió unas enormes ganas de matar al ser que tenía en frente suyo. Él no solo estaba dejando que ella muriera fisicamente, si no que a la vez la torturaba emcionalmente y eso no podía aguantarlo. Debía acabar con la vida de ese maldito ser. Debía vengar a sus padres.

Repentinamente el cuerpo de Annie comenzó a brillar. Sus ojos se transformaron en dos resplandecientes luces y sintió como sus alas ejercían presión en su espalda para poder salir. Aquella energía infinita que desprendía permitió que pudiera liberarse del cordón que la mantenía amarrada. Se llevó las manos a la cabeza en busca de la herida que Zach le había echo cuando la golpeó para traerla allí, pero lo único que pudo encontrar fue su suave y liso cabello que resplandecía junto a ella.
Zach la miraba atónito. No podía creer lo que estaba pasando. En su última batalla con ella (cuando Annie quemó su casa) él le había lanzado por detrás una sombra que se había insertado en su cerebro dejandola inconciente y sin memoria y a la vez impidiendo que pudiera convertirse en Ángel para el resto de su vida.

Annie le dedicó una mirada furiosa a Zach que hizo que él por un momento sintiera pánico.
La batalla recién había comenzado.
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